“A este lado del río”, por Andreu Buenafuente
Por Andreu Buenafuente, académico, humorista, comunicador y productor. Director y presentador de Late Motiv (Movistar +)
“El mejor sitio para estar es donde quieren que estés. Sin olvidar nunca que esto es una industria, la complicidad con un proyecto saca lo mejor de ti y se nota en pantalla”
Un periodista me preguntó hace poco cómo me sentía haciendo televisión en una plataforma de pago como Movistar+. Le contesté que estaba encantado de trabajar “al otro lado del río”. Las entrevistas tienen eso: te obligan a pensar rápido y a contestar todavía más. Al final, son una suerte de terapia (gratuita). “Al otro lado del río”. “¿Por qué habré dicho eso?”, me preguntaba a mí mismo. En contra de lo que me sucede a menudo, creo que estuve acertado o, como mínimo, expresé esa sensación de bienestar creativo y profesional en el que me encuentro actualmente. Los maliciosos pensarán que estas líneas las escribo para congraciarme con mi empresa. No es así. Solo quiero escribirles sobre lo que siento y conozco un poco. Soy agradecido sí, pero entiendo que la mejor manera de trasmitirlo es dejarte la piel con tu trabajo y estar a la altura delante de las cámaras (cada noche) de lo que esperan de ti. Todo lo demás son tonterías o postureo, como se dice ahora.
Lo que quiero decir es que, tras muchos años haciendo televisión, he entendido que el mejor sitio para estar es donde quieren que estés. Si, además, ese lugar se parece mucho al que a ti te gusta, se produce una especie de conexión, de prosperidad o de química que solo trae cosas buenas. Sin olvidar nunca que esto es una industria, la complicidad con un proyecto saca lo mejor de ti y se nota en pantalla. Fabricamos emociones y “somos” emociones. Eso es lo que me sucede ahora mismo con Late Motiv y pueden estar seguros de que lo celebro íntimamente en cada programa porque me siento un privilegiado. No saben cómo me reconforta haber acertado.
Hace un par de años, cuando supe que el proyecto de televisión de pago estaba calentando motores, coincidió con la sensación de que mi carrera debía dar un giro para seguir en la dirección que yo quería. Moverme para seguir igual y, a poder ser, mejor. Así que me planté en Madrid y como en los viejos tiempos, ofrecí mis servicios a Movistar con una mezcla de ganas y modestia. “Creo que puedo sumar. ¿Les gustaría hacer un late show al estilo clásico?”. Me escucharon, lo valoraron y finalmente empezamos a trabajar. En todas las charlas detecté emoción, ganas y respeto por el oficio. Nunca enfrentamiento con los otros operadores, solo construcción de una idea. Gente como Pedro García Guillen, Álex Martínez Roig, Luis Miguel Gílperez, Fernando Jerez, Luís Blasco, me escucharon y me animaron a sacar lo mejor de mí, de nuestro equipo, el mejor que he tenido nunca, y a entender la apasionante hoja en blanco que suponía empezar de #0. Así intenté transmitirlo a todo el que se subía al carro y mi sorpresa fue la energía y la entrega con que me respondieron. ¡Había muchas ganas!
Estaba convencido de que, como pasa en otros países, muchos contenidos tienen más sentido en plataformas de pago que en la tele en abierto. Una televisión más de autor, por ejemplo (dicho esto sin la menor intención de ser pretencioso). Llevamos poco tiempo, pero me siento muy orgulloso de estar en el mismo lado del río que Iñaki Gabilondo, Jon Sistiaga o las mejores retransmisiones deportivas, por poner unos ejemplos. Y el proyecto sigue. Con sus fallos y sus aciertos. Vendrá más producción, vendrán las mejores series de ficción españolas, seguiremos construyéndonos y completando el nuevo tablero de los contenidos en televisión. No será fácil porque nada lo es, pero será emocionante. Algunas tardes subo a ver a los responsables de contenidos y hablamos de ideas, algunas locas, otras posibles o simples apuntes. Siempre nos brillan los ojos. Ese es el mejor baremo. Eso es que vamos bien.
Cuando estás bien, todo va bien. Algunos me comentan que me ven más “suelto que nunca”. Puede ser y lo celebro si así es. Sabemos que “en este lado del río” las cosas se miden de otra manera porque está cambiando el paradigma de consumo y de difusión. Créanme si les digo que, con menos espectadores, la repercusión de nuestro trabajo en Late Motiv es infinitamente superior a la de los últimos años. ¿Por qué? Porque todo está cambiando. “Estás más suelto”.
Lo tomo como un elogio. Me siento cómodo, de ahí que me suelte. La comodidad en un proyecto es la levadura que nos sostiene y nos hace crecer. Siempre pienso, y ahora con más motivos, que lo mejor está por llegar. A los pocos meses de nuestro aterrizaje ya planteamos un programa para David Broncano (LocoMundo), uno de los mejores de su generación y una serie de Berto Romero que por fin verá la luz. Será la confirmación de lo que todos pensamos de él. Y todo pasará en Movistar+. Raúl Pérez, Sílvia Abril y muchos más, tienen un gran presente y un mejor futuro televisivo y si Late Motiv se convierte en la nave nodriza de la que despeguen, me volveré a sentir orgulloso como siempre lo he estado en la historia de mi productora El Terrat. Para eso me metí en este bendito lío.
Bueno, pues esto y más cosas son las que están pasando. Algunas se ven, otras se intuyen y algunas más ya se verán. Quizás este sea un buen reclamo: “Ya se verá”. Como una especie de justicia catódica. Un premio (en forma de trabajo) para los que seguimos pensando que la tele debe sacar lo mejor de nosotros, respetar al espectador y aportar emoción. Y no a cualquier precio.